Escrito por MSc. Johana Niño Abella, Pionera del Ecosistema Blockchain 4.0 de CannabisCoin Community (CCC)
Espejismo de la digitalización monetaria
En las últimas semanas en Estados Unidos se firmó la llamada Ley Genius, aparentemente con el objetivo de poner orden en el panorama de las monedas digitales. Más allá del nombre marketinero y de la retórica oficial, la ley encierra un cambio estructural en el modelo monetario global: ya no se apostará de lleno por las Monedas Digitales de Banco Central (CBDC), sino por monedas digitales emitidas por bancos comerciales, obligatoriamente respaldadas uno a uno por dólares en reservas.
A primera vista el ciudadano promedio podría pensar: “perfecto, cada token digital emitido tendrá respaldo en dólares reales, eso suena seguro”. Aunque la realidad es oscura: el mecanismo convierte a la ciudadanía en garante forzoso de un sistema financiero que se sostiene en la hegemonía del dólar en decadencia, trasladando la dependencia monetaria a los bancos comerciales y a la propia Reserva Federal. Es una nacionalización de riesgos y una privatización de beneficios, donde la libertad económica y la autonomía financiera de los usuarios se desmoronan.
No se trata solo de Estados Unidos, este modelo híbrido comercial-digital es el que se quiere imponer en países como Colombia, donde ya se observan señales preocupantes: el caso de la moneda digital COPW de Bancolombia emitida desde paraísos fiscales en el Caribe, las reuniones del Banco de la República con actores como Ripple y las declaraciones ambiguas y confusas sobre el futuro de una eventual moneda digital del banco central.
El panorama de no reaccionar a tiempo, es devastador: un sistema financiero digitalizado sin soberanía monetaria, sin privacidad financiera y sin opción de escape para la ciudadanía.
La trampa detrás de la Ley Genius
La Ley Genius obliga a que los bancos comerciales, al emitir sus “monedas digitales”, mantengan reservas equivalentes en dólares. Parece una medida de prudencia, pero implica:
- El ciudadano se convierte en rehén del dólar
Aunque el dólar atraviese procesos de inflación, pérdida de hegemonía geopolítica o debilitamiento estructural, el usuario deberá aceptar tokens digitales bancarios respaldados por esta moneda. - Los bancos comerciales ganan poder desmedido
Son ellos quienes emitirán las monedas digitales, bajo el amparo de la ley, concentrando datos, liquidez y control sobre la economía digital. Se consolida un sistema donde los bancos centrales ya no son el núcleo de confianza, sino simples garantes de que los bancos privados hagan bien su juego. - El Estado se desentiende de su responsabilidad social
En lugar de un diseño estatal que vele por inclusión, acceso equitativo y protección de la privacidad, se delega a actores privados cuyo objetivo primario no es el bienestar colectivo, sino el lucro.
En Colombia ¿Cómo juegan las piezas del rompecabezas?
En Colombia el Banco de la República ha dado mensajes ambiguos sobre la conveniencia o no de emitir una Moneda Digital de Banco Central (CBDC). En público, se ha dicho que “no es necesaria” porque el peso colombiano nunca alcanzará la importancia de Bitcoin, una respuesta absurda que evade la pregunta central: ¿Cuál es la estrategia del Banco Central frente a la digitalización financiera global?
Mientras tanto, se mueven fichas preocupantes:
- COPW de Bancolombia: un token digital emitido desde paraísos fiscales, sin claridad regulatoria ni garantías de soberanía nacional. Una moneda nacional, emitida fuera del país y bajo condiciones opacas, es un golpe directo a la soberanía financiera.
- Reuniones con Ripple: se sabe que el Banco de la República ha tenido encuentros con Ripple, proveedor de plataformas de infraestructura para monedas digitales. Esto no es negativo en sí mismo, pero carece de transparencia pública: ¿para qué se negocia?, ¿qué tipo de tecnología se evalúa?, ¿qué impactos tendría sobre la independencia monetaria?
- Superfinanciera: la entidad parece más interesada en facilitar experimentos financieros de bancos privados que en garantizar un diseño soberano, público y seguro de monedas digitales.
Estos elementos pintan un panorama en el cual Colombia podría ser uno de los primeros países de Latinoamérica en importar este modelo Genius, sin que su ciudadanía tenga claridad de lo que se está negociando a puerta cerrada.
Riesgos inmediatos del modelo
- Pérdida de soberanía monetaria
Si la moneda digital nacional depende de plataformas extranjeras o de emisiones en paraísos fiscales, Colombia renuncia a controlar su propio sistema financiero. - Privatización de la moneda
La emisión de tokens por bancos comerciales equivale a entregarles el monopolio del dinero digital, reduciendo el Banco de la República a un actor secundario. - Desigualdad de acceso
Mientras los bancos priorizan a clientes de alto perfil, los sectores rurales, informales y marginados quedarán excluidos de la digitalización. - Riesgo de vigilancia masiva
Los bancos custodiarán información detallada de cada transacción, abriendo la puerta a la monetización de datos y a la vigilancia sin límites. - Falsa estabilidad
El respaldo “uno a uno” con dólares no resuelve los problemas de fondo: volatilidad de la divisa, riesgos inflacionarios y concentración de poder financiero.
Narrativa del miedo de BanRepública: “sin CBDC porque no somos Bitcoin”
El argumento oficial de que Colombia no necesita CBDC porque su moneda “nunca será como Bitcoin” es una falacia peligrosa, se mezclan peras con manzanas y nada que ver:
- Una CBDC no compite con Bitcoin; cumple otro rol: proveer dinero digital soberano, accesible y con respaldo estatal.
- Decir que no se necesita porque el peso no es “moneda global” equivale a renunciar de entrada a la innovación y al derecho a definir las reglas de juego para la ciudadanía.
Pareciera que en el fondo lo que se está intentando es preparar el terreno para que la digitalización ocurra en manos de bancos comerciales y proveedores extranjeros, no bajo control soberano del Estado Colombiano.
¿Qué futuro es este?
De continuar este camino Colombia enfrentará:
- Un dinero digital dependiente del dólar y de bancos extranjeros.
- Una ciudadanía cautiva de bancos privados que decidirán quién accede y bajo qué condiciones.
- Una erosión total de la privacidad financiera, donde cada compra y movimiento será registrado y monetizado.
- La imposibilidad de construir una estrategia soberana de integración regional en materia de monedas digitales.
Alternativa en la soberanía financiera digital
El escenario no está perdido, existen alternativas técnicas, operativas y sociales para blindar a Colombia y a la región de este modelo impuesto, como una plataforma blockchain Estatal pública, abierta y descentralizada, junto a:
- Moneda Digital de Banco Central (CBDC) soberana y transparente
Emitida y gobernada por el Banco de la República desde la plataforma blockchain Estatal, con participación ciudadana y control democrático. - Modelo híbrido pero con control público
Incluir bancos comerciales como intermediarios, pero con reglas claras: límites de emisión, obligaciones de transparencia y supervisión estricta del BanRepública. - Privacidad por diseño
Incorporar tecnologías de zero-knowledge proofs y selective disclosure para garantizar que el usuario pueda demostrar cumplimiento sin perder privacidad. - Interoperabilidad con monedas regionales y proyectos soberanos
Colombia debería explorar alianzas con otros bancos centrales de Latinoamérica para construir un ecosistema digital compartido, desde las blockchain Estatales de cada país en la región. - Ecosistemas comunitarios como CannabisCoin Community
Proyectos descentralizados, con arraigo local y objetivos de inclusión productiva, somos contraparte social para garantizar que la digitalización no quede en manos exclusivas de bancos privados.
Colombia en la encrucijada
La digitalización de la economía es inevitable, pero lo que está en juego no es la tecnología, sino quién la controla y bajo qué reglas.
Si Colombia adopta el modelo Genius importado, su futuro será de dependencia, pérdida de autonomía y vigilancia financiera masiva.
Si en cambio apostamos por un modelo soberano, transparente y participativo, podremos convertir la digitalización en una herramienta de inclusión y libertad económica.
¿Qué camino elegirá el Banco de la República? ¿Seguirá las recetas de Washington y de la banca privada, o escuchará la voz de la ciudadanía y de las comunidades que exigen soberanía financiera real?
Rebelión: no a la sumisión digital
Estamos frente a una jugada maestra del poder financiero global: disfrazar la privatización del dinero como “innovación digital”, pero lo que se avecina es la esclavitud financiera de millones de ciudadanos, obligados a sostener un sistema decadente a costa de su propia libertad.
Colombia debe despertar, el Banco de la República no puede seguir con declaraciones ambiguas y silencios cómplices. La ciudadanía necesita claridad, soberanía y un modelo de digitalización financiera que priorice la libertad, no la sumisión.
El futuro aún está en nuestras manos, pero cada día que pasa la ventana de oportunidad se cierra un poco más, Pilas Colegas.
Identifícate como libre y soberano en tu identidad digital y demás aspectos.
¡Empieza por saber quién eres y no dejar que nadie más lo decida por ti!
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